Oxigeno

Comer siempre bien

La Alimentación de la persona activa

Manuel E. Piza

Composición corporal (cómo es nuestro cuerpo).

EL Oxígeno

Joseph Priestley descubridor del oxígeno
Joseph Priestley descubridor del oxígeno

El oxígeno (generador de ácido en su descripción original) es un elemento gaseoso de molécula diatómica (o sea formada por dos átomos, ocho protones y ocho neutrones) que tiene un peso atómico de 16 y que es bastante estable en su forma gaseosa. Fue descubierto accidentalmente por un sacerdote y niño genio inglés de Yorkshiere llamado Joseph Priestley en el año 1733. Este científico fue hijo de un comerciante de lanas y desde su infancia fue un niño prodigio. Aprendió a leer a los 3 años y a los 16 ya dominaba el griego, el latín y el hebreo. Después decidió aprender por su propia cuenta francés, italiano y alemán. Una vez hubo terminado sus estudios, intentó satisfacer a su familia probando suerte en el sacerdocio, pero su mente despierta le hizo incursionar con el mundo de la química y la ciencia.

Ciclo del oxígeno
Ciclo del oxígeno

El Oxígeno es el elemento más abundante de la naturaleza, formando 8 partes de cada 9 de agua y el 46% del peso de nuestro planeta, con una participación similar en el cuerpo de la mayoría de los seres vivos incluyendo al ser humano

Es el medio por el cual se produce la OXIDACION  o sea la COMBUSTIÓN de las materias inflamables (en ausencia de oxígeno no hay fuego) y hace que las sustancias o  alimentos complejos se convierten en sustancias más simples (o sea se oxidan) para liberar la energía que tienen acumulada y también compuestos básicos que nos servirán después para producir nuevos tejidos. Sin oxígeno no podríamos lograr esto y simplemente moriríamos en pocos minutos por parálisis de los sistemas metabólicos y del funcionamiento de los tejidos del cuerpo.

"Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas." Génesis 1:2-25

Se cree que la vida no tuvo siempre una dependencia del oxígeno y que, en el principio las formas de vida eran “ANAEROBIAS” o sea que no utilizaban el oxígeno y más bien éste les resultaba tóxico. Es así como se habla de la PRIMERA GRAN POLUCIÓN DE LA HISTORIA que ocurrió cuando los cielos se aclararon después de caer una prolongada lluvia ácida y el sol llegó a las superficies de los mares y praderas favoreciendo el desarrollo de plantas FOTOSINTÉTICAS que empezaron a liberar oxígeno al ambiente y a “envenenar” las primitivas formas de vida anaerobia que tuvieron que refugiarse en lugares oscuros como las profundidades del mar, las rocas y en el intestino y otras cavidades de los nuevos seres que emergieron “los pluri o multi-celulares”. Algunos estudiosos llevan esta teoría más allá diciendo que las mitocondrias (verdaderas baterías celulares) no son otra cosa que bacterias que se introdujeron en el interior de las células, se adaptaron y lograron ser representadas por el genoma celular y reproducirse con los tejidos vegetales o animales. Eso no lo sabremos nunca con certeza pero la teoría es fascinante.

La mitocondria es el pequeño laboratorio incluido en cada una de nuestras células
La mitocondria es el pequeño laboratorio incluido en cada una de nuestras células

 

El oxígeno naturalmente lo obtenemos del aire que respiramos el cual debe tener una proporción de un 20% de este gas aproximadamente para ser “respirable”. Como es más pesado que el aire, su concentración es mayor al nivel del mar que en el monte Everest por lo que será progresivamente más difícil respirar conforme ascendemos a las montañas. En realidad la concentración del oxígeno en el aire varía poco y lo que cambia es la presión atmosférica. Veamos: si a nivel del mar la presión atmosférica es de 760 mm. de mercurio y la concentración de oxigeno es de un 21%, entonces la presión parcial de oxígeno será de 760 x 21, o sea entre 100, o sea de 160 mm. de mercurio. En cambio a casi 9000 metros de altura (en el monte Everest) la presión atmosférica puede descender hasta 275 a 300 mm. de mercurio y, por lo tanto la presión parcial de oxígeno (que tiene allí una concentración de un 19%) será insuficiente para mantener la vida a menos que hallamos logrado un lento y peligroso proceso de aclimatación.

Además de oxígeno en el aire necesitamos un sistema respiratorio y unos pulmones sanos que permitan el intercambio del gas entre el ambiente y los glóbulos rojos en donde es captado por la hemoglobina y transportado a las células del cuerpo en donde se incorpora a los procesos de combustión u oxidación y fácilmente se comprende que, para que haya una buena oxigenación, se necesita además de un aparato circulatorio adecuado, una cantidad de hemoglobina suficiente (o sea que no haya anemia) y que el corazón bombee bien la sangre y que los tubos por los que ésta se mueve: las arterias, venas y capilares, estén permeables y funcionando satisfactoriamente con una presión aceptable.

El oxígeno no es en si mismo un alimento ya que no nos proporciona calorías pero si es un nutriente fundamental porque no podemos vivir sin él y debe provenir de un aire limpio y saludable, lo cual no siempre tenemos puesto que, frecuentemente y a causa del llamado “estilo de vida moderno” o desarrollado, se encuentran en él una cantidad de sustancias contaminantes entre las cuales destacan dos, una proveniente del mismo oxígeno saludable que es el OZONO, el cual no es otra cosa que oxígeno con una estructura molecular diferente.

Las moléculas son conjuntos de átomos que pueden ser de la misma o diferente sustancia y, en el caso del ozono esta sustancia es el mismo oxígeno pero agrupado en conjuntos de tres átomos en vez de los dos que se unen normalmente. El ozono descubierto en el siglo XVIII por por el físico holandés Martinus Van Marum se produce cuando una molécula de oxígeno se rompe liberando dos átomos los cuales no pueden permanecer solos en el aire por lo que se pegan a dos moléculas de oxígeno produciendo a su vez dos moléculas de ozono.

El ozono es normal y necesario en las partes altas de la atmósfera a partir de los 30 a 40 mil metros de altura en que su concentración es tan alta que le proporciona el color azul a la bóveda celeste. Allí es necesario para filtrar las radiaciones ultravioletas y los rayos cósmicos y su ausencia por contaminación de la atmósfera, está causando el llamado “agujero de ozono” que puede producir grandes daños.

El ozono en nuestro aire respirable resulta tóxico

Sin embargo, también podemos encontrar ozono (O3) en la zona más baja de la atmósfera, convirtiéndose en un problema, puesto que, en concentración suficiente puede provocar daños en la salud humana (a partir de unos 150 microgramos por metro cúbico) o en la vegetación (a partir de unos 30 ppb  o partes por billón). Estas características del ozono han propiciado que dentro de la Unión Europea y en los Estados Unidos aparezca una normativa relativa al ozono en el aire ambiental, que establece el nuevo régimen jurídico comunitario sobre el ozono troposférico presente en la baja atmósfera. El las partes bajas de la atmósfera el ozono de origina de contaminación industrial sobre todo por sustancias como los nitritos y el formaldehído que se genera en plantas industriales y ha llegado a contaminar el aire de algunas ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Londres y Tokio en forma alarmante con más de 0.3 partes por millón y una cantidad de lesiones pulmonares asociadas a su respiración, sobre todo en atletas como los corredores de larga distancia, que requieren un volumen respiratorio minuto (o sea la cantidad de aire que ingresa a los pulmones en ese periodo) mucho mayor que el las personas normales.

El mecanismo mediante el cual se genera el ozono en la troposfera es completamente distinto, ya que a esta altura no llegan las radiaciones ultravioletas con tanta intensidad y es así como en este caso, se forma a partir de ciertos precursores (NOx – óxidos de nitrógeno; y VOCs – compuestos orgánicos volátiles, como el formaldehído), contaminantes provenientes de la actividad humana, sobre todo en las fábricas.

Esos contaminantes se disocian formando radicales con radiación menos energética los cuales pueden formar ozono con el oxígeno molecular. El conjunto del ozono, NOx y VOCs forma una neblina visible en zonas muy contaminadas denominada smog fotoquímico.

El CO o monóxido de carbono produce una intoxicación cronica

El otro componente que está aumentando alarmantemente en la atmósfera que respiramos sobre todo en las ciudades contaminadas y áreas industriales, es el MONÓXIDO DE CARBONO. Esta es también una molécula anormal ya que la forma en que normalmente se relacionan el oxígeno y el carbono es en la forma de DIÓXIDO DE CARBONO o CO2 que junta un átomo de carbono con dos de oxígeno. Este gas que es el producto normal de la combustión tanto en los seres vivos como en los procesos de oxidación de combustibles fósiles como el petróleo, es aprovechado por las plantas como explicaremos más adelante, mientras que el monóxido es tóxico para cualquier ser vivo animal o vegetal.

Como nuestra especie y otras especies animales se desarrollaron en ambientes de aire limpio y sin contaminantes, nuestro sistema respiratorio no se preparó para este ataque y lo que ocurre es que la hemoglobina, sustancia que transporta el oxígeno en la sangre, tiene una afinidad muchas veces superior por el monóxido que por el mismo oxígeno creando una unión que no se revierte cuando los glóbulos rojos llegan a los tejidos o sea que produce una intoxicación aguda o crónica de nuestra cadena respiratoria inutilizando la hemoglobina. Cuando la intoxicación es aguda como en el caso de las personas que se suicidan con el escape de un carro, la muerte ocurre por asfixia celular pero cuando es crónica como ocurre en quienes viven  en áreas en que la concentración de monóxido es alta, se produce una POLICITEMIA COMPENSATORIA  (aumento del número de glóbulos rojos) que conlleva riesgos como trombosis y otros trastornos crónicos y produce un menor rendimiento del organismo por falta crónica de oxígeno a nivel celular. El monóxido de carbono se combina con la hemoglobina formando una sustancia llamada carboxihemoglobina. El problema con esto es que esta sustancia es tóxica para los tejidos y sobre todo para los músculos y además reduce la capacidad de transporte haciendo que llegue menos oxígeno.

Desgraciadamente este efecto es mayor nuevamente en las personas que hacen ejercicio ya que su volumen pulmonar está aumentado lo que hace que, en una situación de polución como la que se vive en las ciudades o cuando las personas se exponen al humo del cigarrillo, sea por ser fumadores activos o pasivos, debido a que este es rico en monóxido, la acumulación de carboxi-hemoglobina sea mucho mayor causando un mayor daño.

Ver Sustratos Energéticos o alimentos propiamente dichos

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