Prevencion del infarto
Manuel E. Piza 2022
No espere a que le de un infarto, fácilmente podría NO CONTAR EL CUENTO…
La enfermedad arterial coronaria y cerebral es hoy en día la principal causa de muerte. La mala noticia es que la mitad de los pacientes que tienen un infarto y el 40% de los que tienen un evento vascular cerebral, no viven para contarlo. Por eso no debemos esperar a tener uno para empezar a cuidarnos.
Los síntomas clásicos de un infarto agudo de miocardio incluyen dolor de pecho opresivo que puede irradiarse a los hombros, mandíbula, cuello, espalda, epigastrio, miembros superiores (predominantemente brazo izquierdo) y resto del tórax anterior, dificultad respiratoria, vómitos, náuseas, palpitaciones, sudoración y ansiedad.Por lo general, los síntomas en las mujeres difieren de los síntomas en los hombres, aunque cerca de un cuarto de los casos son asintomáticos o sea que se descubren solamente al hacer una revisión cardiaca o un electrocardiograma.Es un error creer que las mujeres no tienen infartos. Aunque los niveles de estrógenos ofrecen una protección relativa durante los primeros 50 años, después de esta edad la frecuencia aumenta al punto de ser igual a la de los hombres alrededor de los sesenta. |
La prevención del infarto se ha dividido de acuerdo a si la persona ya ha tenido o no uno en: PREVENCIÓN PRIMARIA y PREVENCIÓN SECUNDARIA. Veremos un poquito de cada una de ellas.
La detección temprana de enfermedad coronaria es crucial para establecer un programa de prevención primaria pero es todavía mejor trabajar sobre los llamados FACTORES DE RIESGO CORONARIO, como veremos:
La edad, a pesar de lo que se pueda pensar, no es el factor más importante ya que en la década de los cuarenta es cuando se produce la más alta mortalidad por I.M. o sea que la prevención debe comenzar desde una edad muy temprana, posiblemente alrededor de los veinte años.
Cada vez vemos más personas jóvenes con problemas del manejo de la insulina e intolerancia al azúcar. POR ESO ES FUNDAMENTAL NO COMER AZÚCAR NUNCA y posiblemente enseñar a los niños desde pequeños a consumir alimentos que no contengan azúcar ni dulces de ningún tipo, con excepción de los edulcorantes artificiales que, aunque no son totalmente inocuos, sí podemos afirmar que no producen daño cardiovascular ni problemas metabólicos.
Es preocupante que en un país como Costa Rica el 16% de las calorías se consumen en forma de azúcar, siendo superada ésta solamente por el arroz. También tenemos una incidencia de diabetes a edades cada vez más tempranas, siendo frecuente que niños y adolescentes presenten cuadros de diabetes tipo II o sea la que anteriormente estaba reservada solo para adultos en la etapa media de la vida.
El problema con la diabetes es que no es solamente una enfermedad y hoy en día entendemos que no solamente el 7% de la población la padece. Bien es cierto que ese porcentaje es «francamente diabético» pero tenemos al menos un 15% más de personas que tienen «MAL MANEJO DE LA GLUCOSA» con defectos de producción o resistencia periférica a la insulina, dando lo que se conoce como «SINDROME METABÓLICO». (ver nuestra publicación en http://www.doctorpiza.com/contenido/sindrome-metabolico.pdf).
Ver también nuestro artículo VIVIR CON DIABETES MELLITUS
Aparte de los problemas en el manejo del azúcar y la insulina tenemos los factores hereditarios que determinan cambios en las arterias a temprana edad y problemas como el sobrepeso y el sedentarismo que tan entronizados se encuentran en nuestra sociedad actual.
Existen importantes controversias acerca de los niveles sanguíneos de colesterol y triglicéridos ya que al menos el 50% de las personas que mueren por un infarto presentan valores normales de lípidos sanguíneos.
Acerca de la dieta también hay importantes controversias pero en lo que todos los investigadores están de acuerdo es que se debe mantener un peso normal con un índice de masa corporal de menos de 26 Kg/m2 y un porcentaje de grasa menor de 32% en las mujeres y de 23% en los hombres.
Algunos medicos propugnan una dieta basada en proteínas, vegetales y grasa en cantidad moderada mientras que otros sostienen que la mezcla ideal debe contener al menos un 45% de las calorías en forma de carbohidratos complejos como almidones y harinas integrales y el resto dividido en un 30 a 35% de grasa y un 20 a 25% de proteínas.
Al final de cuentas parece que no es tan importante el tipo de régimen que usted siga mientras mantenga un peso normal con un bajo porcentaje de grasa corporal y un plan de ejercicio físico de al menos 5 horas semanales de tipo aeróbico o cardio.
De la prevención secundaria nos ocuparemos en otro artículo.